11 días no son nada

Cuando he vuelto esta tarde el generador de CO2 estaba expirando, en el sentido médico de la cosa. Estaba deseando que llegase alguien para verlo, pues hacía tiempo que no se me moría nadie tan bien. Qué irse, que apagarse... ya salían más despacio las burbujillas. ¿Si sufre? A la fuerza. ¿No ven que nota cómo se le está yendo la vida?

Eso es lo que el generador de CO2 ha dado de sí, 11 días. Las condiciones de la mezcla fueron: 1,9 litros de agua, 65 gramos de azúcar y una cucharadita de café de levadura de panadería, todo ello a unos 25 grados centígrados.

También hemos probado -los experimento que no falten- con el doble de azúcar y levadura, pero, aunque produce también el doble de burbujas, dura menos de una semana. La levadura se muere (o se emborracha y no curra) por la cantidad de alcohol en el medio. Porque, si no lo sabéis, niños, el proceso de generación del CO2 es mediante la fermentación. De hecho, ¿en vuestro pueblo no hay ninguna leyenda sobre uno que se murió en un tonel de vino? Bueno, que me voy de varas. Que si lo que queremos son más burbujas hay que ampliar proporcionalmente la cantidad de cada uno de los tres elementos.