...Y se hizo la Luz

Tras tres días en la incubadora, las niñas han visto la luz. Aparecen cheposillas, con forma de cachava, y se desperezan despacio como cuando nos levantamos tarde los domingos. En unas horas ya están completamente erguidas y buscan toda la luz del mundo.

En este punto habremos retirado la yogurtera de la incubadora. Ahora, el calor que las niñas necesitan se lo proporcionará el UFO, que será además su sol particular. Así, en los dos primeros días sólo recibirán luz del fluorescente de luz fría (el de 22 vatios y luz rojiza), lo cual favorecerá el crecimiento de sus raíces y minimizará la deshidratación. Lo hemos puesto a cinco centímetros de distancia porque es una luz de muy poca potencia y no hay riesgo de que quemen las plantas como ocurriría con cualquier otra bombilla. Así que ojo, informaos bien de la distancia adecuada para vuestra lámpara: si es poca se achicharran; si es excesiva las plantas se espigan. Esto es especialmente importante ahora que son canijas.

Tras dos días de toma de contacto con el mundo vamos a proceder al trasplante para que las niñas sepan que tienen un buen espacio donde extender sus raíces. También conectaremos el segundo fluorescente de luz cálida que favorecerá el crecimiento vegetativo de las niñas. Pero vamos paso a paso. Como dicen en la Guardia Civil, paso corto, mirada larga y mala leche.